jueves, 21 de junio de 2012

CICLO ABIERTO


EL CICLO ABIERTO EN 1830


Los ciclos económicos más prósperos que se observan a partir de 1830 indicarán nuevamente que en Chile es posible construir un futuro desde la minería.
Ese primer ciclo estuvo ligado a la explotación de cobre y plata del Norte Chico. Hacia la cuarta década del siglo XIX, Chile se transforma en el primer productor de cobre en el mundo, posición que ocupará en las dos décadas que siguen. Si bien este dato tiene más relevancia histórica que económica, ya que el consumo de cobre era bastante menor a nivel mundial, será la primera vez que Chile se instale como actor minero estratégico y temprano en la historia mundial. Como vemos, al menos en términos relativos, la minería ya situaba a Chile como un país rico y líder en un sector en la primera cincuentena de nuestra historia independiente.
El segundo ciclo de bonanza tendrá que ver nuevamente con la minería, pero incorporará elementos que se harán comunes en la historia económica del país. Los ingresos provenientes del primer ciclo sentarán las bases para un segundo: hacia 1850, en la plenitud del auge de la minería del Norte Chico, se incorpora como factor de dinamismo económico un fuerte incremento en las exportaciones agropecuarias. Pero éstas pudieron salir de Chile utilizando la infraestructura portuaria y caminera que la minería contribuyó a crear.
El descubrimiento de nuevos yacimientos internacionalizó aún más la minería chilena con el “boom” de Caracoles, que si bien se encontraba en territorio boliviano, era explotado por chilenos. Y aunque estos dos primeros hitos no serán considerados más que como pequeños ciclos y su importancia económica menor, contribuirán de manera definitiva a sentar el primer quiebre en esa concepción de la carencia chilena.
Las bases ya enunciadas entrarían en escena tras la guerra del Pacifico, centralizando la economía chilena en la explotación del salitre durante los próximos 50 años.
Ref. (Conceso Minero)

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